Comparto la opinión de mi amigo Juan Ramón Izquierdo

Juan Ramón Izquierdo: “Ya sabemos que los oleicultores son aquellos que se dedican al cultivo del olivo y a la producción de aceite virgen. Pero hay otros oleicultores de los que deseo reflexionar en esta ocasión. Son aquellos que llevan al árbol rey y al aceite virgen en el corazón y que, también trabajan para la oleicultura.”

Os dejo la opinión de Juan Ramón Izquierdo, la cual comparto.

Los otros oleicultores

Ya sabemos que los oleicultores son aquellos que se dedican al cultivo del olivo y a la producción de aceite virgen. Pero hay otros oleicultores de los que deseo reflexionar en esta ocasión. Son aquellos que llevan al árbol rey y al aceite virgen en el corazón y que, también trabajan para la oleicultura.

Estos “otros oleicultores” se los puede distinguir por dos aspectos:

  • No trabajan directamente ni en el campo ni en la almazara
  • No pagan ningún canon a la INTERPROFESIONAL

Esta situación les proporciona independencia y, las más de las veces, un punto de vista diferente del sector, más distante, lo cual les permite, en mi opinión, una visión del mismo desde una atalaya a diferente altura. No significa que sus puntos de vista sean mejores que los de los dirigentes del sector son, simplemente, diferentes.

Entre estos “otros” oleicultores podemos citar a periodistas, escritores, investigadores, médicos, químicos, economistas, ingenieros, filósofos, poetas, funcionarios, alcaldes etc., etc. Incluso, jefes de paneles de catadores.

Son una parte muy importante, no oficial, del sector oleícola, al menos desde mi punto de vista. Y estoy convencido, que el propio olivo piensa lo mismo. Protege, y protegerá siempre, a quien le proteja a él y a su hijo, el aceite virgen.

Esta “otra” parte del sector, trabaja, lucha y siente la oleicultura como si fuera su propio ser. Y lo hace de muchas formas, cada cual a su manera, de modo que su aportación no puede ser cuantificada, por ingente.

Esta parte del sector, en muchas ocasiones, mantiene puntos de vista diferentes a los que poseen los rectores oficiales y los mantiene, como he dicho antes, porque la visión que tienen proviene de una atalaya diferente. Estos puntos de vista, como digo, son diferentes, incómodos muchas veces, originales otras y, alguna que otra vez, subversivos. Pero, nunca malintencionados. Y esto es algo que tiene que saber el sector oficial y, quizá por ello, debería tener en cuenta las opiniones de los “otros” entre los que ahora no me incluyo. La aportación sería muy importante por su sabiduría, independencia y distancia del estrés de la dirección diaria. Sería un consejo sincero y diferente que merecería la pena tener en cuenta.

La vía tradicional de gestión ha fracasado y a los hechos me remito. Estamos en un mundo en cambio continuo y lo caduco ya no funciona, no cabe en los nuevos planteamientos. Hay que buscar, por lo tanto, alternativas audaces y, sobre todo, distintas. En mi opinión, una de las cosas que deben ser cambiadas de cara al futuro, han de ser la relaciones internas entre todos los miembros del sector, que son miles, y de éstos con el mundo exterior, el consumidor fundamentalmente. Y se vaya por donde se vaya, debería existir un principio rector para marcar el rumbo. Y ese principio, pienso, que no puede ser otro que el de la transparencia. Y los verdaderos oleicultores, los unos y los “otros” deben de manifestar su profundo amor al sector mediante un acto muy sencillo: COMPRENDER Y DEFENDER LO QUE EL ACEITE VIRGEN ES. VALORARLO Y HACERLO VALORAR. La banalización del aceite virgen es el acto más lamentable, indecente e irrespetuoso a la que la situación actual nos ha conducido.

Este año, hemos producido 1.600.000 toneladas, que por 3 € por tonelada, nos da un montante de 4.800.000 €. Si añadimos unas 600.000 toneladas de consumo interior más la exportación envasada, que desconozco, nos vamos a una buena suma que la INTERPROFESIONAL va a percibir este año. Se rumorea que el valor puede estar cercano a los 9 millones de euros. (Unos mil quinientos kilos de las antiguas pesetas).

No seré yo, que no soy nadie, quien le diga a esta organización, que es la que representa al sector, cómo debe invertir y en qué ese dinero. Pero me gustaría hacer alguna reflexión al respecto.

No es ningún descubrimiento que el desequilibrio entre el aceite virgen envasable que producimos de verdad, de acuerdo a las normas, y la demanda es una de las causas de que se tenga que envasar lo que no se debe. Parece evidente, que una respuesta a esta situación sería reequilibrarla produciendo más virgen comestible de acuerdo a las normas. Y, también es evidente, o al menos a mi me lo parece, que eso no se consigue desde un despacho reduciendo límites químicos o eliminando paneles (Ahora los italianos dicen que son muy caros y que hay que quitarlos. Cada uno con su melodía preferida). Lo que hay que hacer es llevar la cultura oleícola a las agentes encargados de producir el aceite virgen.

Una parte muy importante de esa labor fundamental la están realizando los “otros” oleicultores, sin ningún tipo de ayuda de nadie y, a veces, con algunas zancadillas de los mediocres de turno. Pero, evidentemente, eso no es suficiente.

La cultura oleícola es, pues, fundamental. Debe ser considerado parte del sector oleicultor, a todo ese conjunto de personas que, por ejemplo, trabajan en DESARROLLO RURAL ligado al olivar. Es un trabajo muy poco conocido porque se mueve con poco dinero y no sobra mucho para propaganda, porque se lo gastan en formación de los agentes ligados al territorio de muy diversas formas. Cuando se los conoce, uno no puede más que sentir orgullo por aquellos que en silencio trabajan por el territorio ligado, en este caso, al olivar, por su mantenimiento y preservación. ¡Claro que son miembros directos del sector! Hoy en día, las circunstancias económicas mandan y, por supuesto esto no es prioritario desde un punto de vista económico y se están dejando muchos programas de llevar a cabo. Para ellos no es importante, PERO PARA TODOS NOSOTROS, LOS OLEICULTORES, SÍ.

Nueve (9) millones de euros, es mucho dinero. El objetivo nº 1 de la INTERPROFESIONAL es la PROMOCIÓN. No deseo entrar en este asunto, pero sí deseo recalcar que de esos 9 millones, casi 6, por lo menos, proceden del sector oleicultor. Mi pregunta es obligada: ¿Podría revertir alguna parte de ese dinero en aproximar la cultura de la calidad a la propia formación del sector? ¿Podrían financiarse programas de desarrollo rural ligados al olivar?

Otra parte muy importante de la formación es aquella dirigida específicamente a las agentes oleicultores:

  • Cursos de olivicultura, que abarque todo desde un punto de vista práctico
  • Cursos de maestros de almazara
  • Cursos de cata para almazareros
  • Etc., etc.

Los mejores técnicos y profesionales los tenemos nosotros. ¿Por qué no utilizarlos? Si lo están deseando… Hay que aproximarse a ellos. ¡Hay tantas cosas que se pueden hacer directamente por los oleicultores!

Todo esto lo pueden hacer una parte muy importante de los “otros” oleicultores que están deseando que se cuente con ellos o al menos, ser escuchados.

La INTERPROFESIONAL debería meditar sobre este asunto porque, en mi opinión, le compete. Y muchos, los unos y los “otros”, se lo agradeceríamos.

Un fuerte abrazo a todos.

Juan Ramón

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  • http://www.esenciadeolivo.com Daniel

    Una reflexión muy acertada de Juan Ramón Izquierdo,

    No se si se puede considerar a los “otros” como oleicultores, pero lo que si es seguro que viven y defienden el olivar y el aceite de oliva como cualquier oleicultor.

    Firmo el comentario personalmente y no como Esencia de Olivo por que quiero manifestar mis reservas respecto a la labor de promoción que realiza la Interprofesional con el presupuesto disponible, tal y como se comenta en la reflexión de Juan Ramón. Trabajos como Esencia de Olivo se han realizado con un millonésima parte del presupuesto que se cita, incluidas traducciones y labores promocionales on-line. Y por supuesto con mucha implicación personal, formación, conversaciones, y pasión por el tema que se trata.

    Ójala algún día alguien me pueda explicar, a mi y al sector oleícola, en qué se gasta el presupuesto de la Interprofesional y de otros organismos abanderados de la promoción del Aceite de Oliva, por que todavía a día de hoy ni dentro del propio sector se dispone del conocimiento generalizado y adecuado, ni en nuestro pais, ni fuera, aunque esto es perdonable.
    Lo que es imperdonable es que no conozcamos “lo nuestro”, que aunque nos pese no existe una Cultura Real del Aceite de Oliva y el Olivar ni siquiera entre la mayoría de los oleicultores y otros actores del sector y lo que es más imperdonable es que no se haya definido a estas alturas del siglo XXI unas pautas claras, firmes y consensuadas entre todos para colocar a los Aceites de Oliva en el lugar que se merecen: el centro de la pirámide alimentaria mediterránea y las despensas de todos los hogares españoles.

    Aunque sea una acción aislada, -y no nos gustaría que quedara solo en eso-, Esencia de Olivo va a continuar “evangelizando” sobre Aceites de Oliva a través de las nuevas tecnologías, convencidos de la excelencia del producto, de la continuidad del sector oleícola, del valor de la cultura del olivo y de la labor social, medioambiental y generadora de riqueza del olivar.

    Un saludo